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Carmen Karr i Alfonsetti |
Hija de madre italiana y padre francés, perteneció a la alta
burguesía catalana. En 1890 se casó con Josep Maria de Lasarte y de Janer y
tuvieron tres hijas y un hijo.
Carme Karr pertenece al mundo intelectual, artístico y
cultural de su época, dominaba el francés, alemán, castellano y catalán, lengua
con la que se expresa preferentemente en sus escritos.
Feminista catalana de principio del siglo XX, creó y dirigió
la revista Feminal, suplemento de Il·lustració Catalana, de 1907
a 1917, fecha del cierre.
La revista Feminal “destinada especialmente a la
cultura de la mujer” y a la reivindiación feminista como el derecho al voto de
las mujeres, visibiliza la creación contemporánea de escritoras, pintoras,
compositoras... y además de comentar la vida profesional de instrumentistas,
cantantes y compositoras incluye una pieza musical en muchos de sus números. En
su repertorio musical aparecen partituras de 27 compositoras.
La obra de Carme Karr abarca muchos géneros y utilizó
diversos seudónimos: Joana Romeu, L'Escardot, Una liceista y Xènia que hacía
alusión al Xenius de Eugenio d'Ors, con quien polemizó en "Joventut”.
Escribió artículos periodísticos, novelas, narrativa breve, cuentos infantiles,
obras de teatro, conferencias y piezas musicales.
Sin una formación musical específica, tuvo un entorno
familiar que la ayudó; su abuelo Henri Karr fue compositor, pianista y director
musical de la casa de pianos Érard. Su producción musical se centró en musicar
poemas de autores catalanes del primer tercio del siglo XX. Compuso gran
cantidad de piezas y dió a conocer un cierto número de canciones, para una voz
y piano.
Su activismo, como feminista, es muy amplio:
En 1913 funda y dirige la Llar, primera residencia
para la ampliación de estudios de profesoras y estudiantes.
Fué impulsora y presidenta del Comité Femenino Pacifista de
Catalunya, creada el 1915.
En 1921 apoya la creación de la asociación Acción Femenina.
En la Exposición Universal de 1929 dirigió el Pabellón de la
Mujer, donde mostraba el trabajo de mujeres de toda España e intentaba deshacer
prejuicios de la época.
En 1931 firma el manifiesto, enviado al presidente Macià,
solicitando el voto para las mujeres.
Destacó como conferenciante -fue la primera mujer en hablar
en el Ateneo Barcelonés- exigiendo el derecho a voto, la modernización de la
enseñanza de las mujeres, que les permitiera trabajar al mismo nivel que los
varones; reivindicaba el derecho de las mujeres solas a ser autónomas, a tener
una función social y un lugar útil en la sociedad, y para las trabajadoras
reclama una bolsa de trabajo, escuelas de trabajo profesionales y mutualidades
para encarar el trato laboral discriminatorio basado en la maternidad.
Carme Karr, murió en Barcelona en 1943.
Reconocimientos actuales
La Generalidad de Cataluña ha creado los premios Memorial
Carme Karr para la Igualdad de Oportunidades Hombre-Mujer en los medios de
publicidad y de información periodística catalanes; también le ha dedicado el
Centro de Formación de Personas Adultas Carme Karr. Tiene calles con su nombre
en Sarriá (Barcelona), Montgat, Sant Vicente de Castellet y Sant Quirico de
Tarrasa. Ha sido seleccionada como candidata a persona más sabia de Catalunya
en el ámbito de las humanidades, entre 25 personas, a iniciativa de la
organización Capital de la Cultura Catalana, y ha sido votada como uno de los 5
finalistas.
Esta cita de Turina refleja lo extraordinarias y osadas que
eran estas compositoras:
“La mujer puede
abordar el estudio de los instrumentos, y en ocasiones puede hasta aventajar al
hombre en finura y refinamiento; mas niego en absoluto que la mujer tenga
condiciones para la composición. Afortunadamente, en España se desconoce aún
esta terrible plaga de compositoras y eruditas; en París, ¡qué horror, Dios
mío¡ estudian la composición con mucho más ahinco que el hombre, y con la
facilidad de memoria de que son capaces (...) deciden ser eruditas y hacer
críticas (...).
Pero estas eruditas, ¿son realmente mujeres? Yo estoy por
dudarlo, pues a fuerza de estudios empiezan a secarse, y ya pálidas y
macilentas, con los sempiternos lentes y los enormes cartapacios llenos de
partituras con anotaciones, más parecen escribanos que representantes del bello
sexo. (...) si el cultivo de un instrumento perfecciona a la mujer, el enorme
esfuerzo que representa asimilarse el estudio de la composición, las deprime y
seca, y a la verdad, yo te aseguro que para secos y feos nos bastamos a
nosotros mismos”
Joaquín Turina. “El feminismo y la música”, Revista
Musical Hispano-Americana, nº 2 (febrero 1914), p. 8-9.
Femení i singulars. Audición
Fuentes: