“Cuántas obras musicales femeninas escucháis en el repertorio de los conciertos a los que habitualmente asistís? ¿Qúe oferta encontráis en los catálogos musicales? Desde siempre se ha considerado pobre y carente de interés la aportación de la mujer en el campo de la creación musical.
El ámbito de la composición ha sido significativamente más restringido para la mujer que cualquier otra expresión artística, debido a la propia naturaleza críptica de un lenguaje cuyo estudio le ha sido vetado históricamente. Muchas convenciones sociales han intentado apartar a las mujeres del aprendizaje de las técnicas de composición musical, entorpeciendo así creaciones que difícilmente llegaron a la madurez y talentos que no pudieron desarrollarse plenamente. “A las mujeres no se les debe permitir que aprendan canto si no es que hayan de ser monjas” escribe Pedro Cerone en su tratado Melopeo y Maestro de 1613.
Sobre estas premisas se planteaban así dos hipótesis de trabajo antagónicas: ¿Existen composiciones de calidad condenadas a un silencio tácito o tiene justificación la generalizada y tradicional infravaloración de la música femenina?
El crítico Eduard Hanslick, coetáneo de Clara Schumann es contundente “... las mujeres no tienen facultad creativa, les falta inventiva musical y les falta el don y la condición previa para cualquier creación musical personal”. Tenía razón. Clara, casada, con siete hijos y un solo piano en la casa –el que utiliza Robert- escribe atormentada: “Las mujeres no estamos hechas para componer. Tengo que gravar esto en mi estúpida cabeza”. Aquel “joven fenómeno” admirado por Goethe, a los nueve años había debutado como virtuosa del piano, a los diez componía cuatro polonesas, a los once su primer lied y a los quince el “Walzer” que ofrece el presente CD. Sin embargo, una vez casada ya ha aprendido la filosofía de vida que Robert Schumann, su esposo, espera de ella: “Clara sabe perfectamente que ser madre es su principal misión... Los niños son una bendición, nunca tendremos sufientes”.
Alma Mahler a los 20 años ya había escrito un centenar de lieder. Su Marido, el gran compositor y director de orquesta Gustav Mahler está preocupado: “¿Cómo te imaginas la vida matrimonial de un hombre y una mujer que son los dos compositores?... ¿Qúe va a ocurrir si, justo cuando te llega la inspiración, te ves obligada a atender la casa?... Tú no debes tener más que una sola profesión: la de hacerme feliz. Tienes que renunciar a todo eso que es superficial, todo lo que concierne a tu personalidad y tu trabajo”.
Cuando poco antes de morir, Gustav escucha, y parece que por vez primera, las canciones de su esposa, exlama: “¿Pero, qué he hecho? Son magníficas, tienes que seguir componiendo”. Sin embargo Alma, después de tratar sus depresiones en la consulta del Dr. Freud, ha claudicado: “No puedo a estas alturas aprender de nuevo a caminar”", Antonia Ordinas.
Título: Música, femenino singular: Especial Mujeres Compositoras. Vol. 1
Editorial:La Garriga (Barcelona): Edicions Albert Moraleda, 1997.
Intérpretes: Isabel Rosselló, soprano; Marta Pujol, piano.
Compositoras: Emilie Zumsteeg, Fanny Mendelssohn, Pauline García-Viardot, Clara Wieck- Schumann, Luise Adolpha Le Beau, Cecile Chaminade, Alma Schindler-Mahler, Hedwige Chrétien, Matilde Salvador, Amy Cheney-Beach.